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carta de Sicilia a Tetotoca joda

Ing. Héctor Agustín Murguía Lardizábal,
Presidente Municipal de Ciudad Juárez,
P R E S E N T E

Sr. Murguía.-

No tengo el gusto, o disgusto, de conocerlo y no me interesa. Nuestras ocupaciones son distintas. Yo soy poeta, mi tarea es alimentar el alma, la suya, según es del dominio público, la empaña con los contraluces de la corrupción. Se dice que usted, devanea su conducta pública entre la extorsión y el soborno. Los escándalos en los que se ha visto involucrado, se conocen no sólo en México. Más allá de nuestras fronteras se tiene una opinión de usted y, lo sabe, no es buena.

El motivo de la presente, Sr. Murguía, es expresarle mi extrañamiento por las expresiones que ha vertido sobre mi persona y con relación a la Caravana Nacional Ciudadana por la Paz con Justicia y Dignidad, que arranca el próximo 4 de junio de Cuernavaca, Morelos, para concluir, luego de recorrer varios estados, en Ciudad Juárez, Chihuahua, un lugar de dolor, como ya antes lo he mencionado, de profundo dolor, de duelo permanente entre sus habitantes.

Le aclaro, Sr. Murguía que esta mañana me encontré con una nota periodística de El Mexicano, que se edita en Ciudad Juárez, en la que abre con el encabezado: Alcalde no firmará acuerdo con Sicilia. Llamó poderosamente mi atención, leer en su primer párrafo lo siguiente:

“El alcalde Héctor Murguía, dijo que la Marcha por la Paz que llegará a esta frontera encabezada por el poeta y periodista, Javier Sicilia, la respeta por el dolor tan grande de ese hombre, que perdió a uno de sus seres queridos, pero “no voy a asistir porque yo no defiendo esos puntos y además yo soy la autoridad, tampoco voy a firmar ningún acuerdo, luego que el único acuerdo que he firmado es con los juarenses, cuando juré ser su presidente municipal y prometí hacer cumplir la ley”.

Sobre el particular, le preciso que en ningún momento, nunca, a lo largo del diseño de las movilizaciones ciudadanas y humanistas, a las que hemos convocado personas comprometidas con la paz y la libertad, pensamos siquiera en invitarlo, para presenciar los eventos que enmarcarán la Caravana Nacional Ciudadana por la Paz con Justicia y Dignidad, ni siquiera cuando lleguemos a Ciudad Juárez. No lo necesitamos. No lo queremos cerca. Es usted una persona con las manos manchadas de sangre. Su carencia de honorabilidad, nos podría manchar.

Quienes vamos a Ciudad Juárez, lo hacemos convencidos de que se trata de un lugar de dolor, que tiene que enderezar el rumbo y, desde ahí, poner los cimientos que nos lleven a refundar la nación. No queremos, ni necesitamos cerca de nosotros a ninguno de los responsables de enlutar a miles de familias de Juárez y de México. Usted comparte esa responsabilidad. Usted ha ganado dinero gracias a la violencia. Yo perdí a un ser querido, una parte de mí: a mí querido hijo Javier.

Entre quienes participan en el proyecto de la firma del Pacto por un México en Paz, con Justicia y Seguridad, se encuentran personas honorables, defensoras de los derechos humanos, sin tacha en su conducta, sin nada qué cuestionar, en contraste con usted a quien persigue el descredito.

Vamos a Ciudad Juárez, Charlie Goff, de la organización Pastores por la Paz; Robert Remmymurder, de Víctimas y Familiares por los derechos Humanos; Jorge Mújica, de la organización 10 de marzo de migrantes, reconocidos y prestigiados activistas norteamericanos y, mi amigo, Emilio Álvarez Icaza, ex presidente de la Comisión de Derechos Humanos de la capital del país.

En la misma nota periodística, que se replicó en diversos medios de comunicación, de su localidad, como del resto del país, dice usted, Sr. Murguía: “no voy a asistir porque yo no defiendo esos puntos y además yo soy la autoridad, tampoco voy a firmar ningún acuerdo”.

Sobre el particular, le recomiendo no repetir ni propagar su lejanía de los principios de paz, justicia y respeto a las personas. No le pedimos que defienda los puntos de nuestro pacto, mucho menos que lo firme. Su firma, nos mancharía. Le exigimos, como al resto de los gobiernos, federal, estatales y municipales, que actúa con responsabilidad, honestidad y, sobre todo, con transparencia.

Por cuanto a que “la marcha será muy bien recibida en esta frontera, con calidez y con atenciones como lo hacen siempre todos los juarenses, con las personas que nos visitan”, le aclaro que sé perfectamente que los juarenses nos recibirán en forma excelente. La hospitalidad es el signo que los distingue, no así a sus autoridades que, un día sí y otro también, son causantes del baño de sangre que sufre aquella ciudad fronteriza.

Estoy seguro, Sr. Murguía que los juarenses, los obreros, los profesionistas, el magisterio, los estudiantes, las amas de casa y los líderes de las agrupaciones no gubernamentales, no comparte absolutamente nada con usted. Usted se empeña en usurpar el cargo, al que llegó gracias a un fraude electoral, en sangrar el erario. La población, lo quiere fuera, lo quiere castigado por lo que hace en su agravio.

Por último, le pido que no nos envíe protección policiaca. No la queremos, no la necesitamos. El pueblo se cuida solo. Los juarenses se van a volcar en nuestra recepción, ellos nos van a proteger para evitar que algo malo nos ocurra.

Atentamente,

Javier Sicilia Zardain