Una valla de cientos de juarenses apostados a la orilla de la Panamericana, dio la bienvenida esta tarde-noche a la Caravana Ciudadana por la Justicia con Paz y Dignidad que ha venido a desembocar en esta frontera tras recorrer nueve estados de la país con la mira de concretar un Pacto que de unidad al reclamo de la sociedad mexicana de seguridad y no impunidad.
Sicilia llego a Juárez a las 20:00 horas con un acumulado de "mucho dolor" en cada uno de los pueblos visitados en el recorrido de seis días de Cuernavaca a Ciudad Juárez, dijo en un breve alto que realizó en la joroba del puente de la Glorieta del kilómetro 20, donde de fundió en un abrazo con Luz María, la madre juarense que perdió a sus dos hijos en la matanza de Villas de Salvárcar.
Es lo que el escritor, poeta y periodista dice haber visto en su largo recorrido: Mucho dolor, sufrimiento y demandas de justicia, que en Ciudad Juárez "el epicentro del dolor" se vertebrarán en un Pacto ciudadano que exija al gobierno federal el cambio de sus políticas de seguridad.
Ya desde varios kilómetros atrás, desde la escultura denominada Puerta de Juárez el principal impulsor de la Caravana había observado los cientos de vehículos aparcados a la vera del asfalto, y aún encontraría otra larga fila de automóviles al bajar el paso a desnivel.
La multitud, familias enteras con ancianos, adolecentes y niños, no obstante la dilación de tres horas para el arribo, y pese a que Tránsito municipal canceló el acceso al punto desde poco antes de las 18:00 horas por avenidas Tecnológico y por Libramiento

Independencia.
Como nunca en los últimos 25 años, Ciudad Juárez vio interrumpida por casi una hora la comunicación terrestre con el el resto del país con la toma de la Glorieta.
Los recién llegados a bordo de casi veinte camiones y decenas de vehículos dieron cuentas de las cientos de pancartas exhibidas por los fronterizos en texto que hablaban de "Justicia" y de "Paz", de "No más sangre", "Fuera Ejército y Policía Federal" y de "Freno a la impunidad".
"¿Qué fue primero, la impunidad o la matazón?", rezaba uno de los letreros, junto a otro en el que se leía: "En México la vida acaba con un balazo".
La Caravana integrada por miembros y directivos de decenas de Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC,s) permaneció por espacio de cincuenta minutos en la Glorieta que da acceso a la ciudad, y de ahí se desplazó al punto más representativo del derramamiento de sangre y el terror: Villas de Salvárcar.
En ese lugar de la masacre de 16 jóvenes en enero anterior, se realizaría un encuentro de bienvenida y jornada de testimonios de la perdida de seres queridos --unos 8 mil en total- a manos de gatilleros durante los tres últimos tres años y medio